Dans plusieurs virages je rencontres des petits groupes de lamas qui broutent quelques touffes d’herbe entre les rochers. Un signe qu’on se rapproche du Pérou petit à petit.J’arrive en haut et trouve trois petites croix à moitié enterrées sous un tas de cailloux. Moi qui m’attendais à un truc balèze, je les ai presque loupé. Je dois avouer que je suis un peu déçu des croix, mais pas de la vue. Elle est à couper le souffle. La pluie laisse place à quelques maigres rayons de soleil et je peux apprécier toute la beauté de ces montagnes parmi lesquelles les nuages se reflètent dans les nombreux lacs éparpillés.
Ce col a une particularité intéressante : l’eau qui coule sur son flan ouest rejoint un fleuve qui se jette dans l’océan Pacifique tandis que l’eau qui se retrouve du côté est s’en va pour un voyage beaucoup plus long à travers toute la forêt amazonienne et fini sa route dans l’océan Atlantique. Comme quoi, peu de choses peuvent t'emmener d’un côté ou de l’autre de la planète !
Bref je fais des photos mais essaye aussi de garder cet endroit gravé dans ma mémoire.
Je redescend jusqu’au petit parking où j’ai laissé ma moto juste à temps pour me jeter contre la pancarte d’informations et son tout petit toit en bois quand arrive le grand frère de l’orage que j’ai rencontré plus tôt. Il arrive tellement vite que j’ai tout juste le temps de me retourner pour voir les montagnes disparaître dans une masse de brouillard. Arrive une pluie super violente accompagnée de grêle. Et moi, de mon côté, je fais connaissance avec ma nouvelle amie la pancarte touristique. Le courant passe tout de suite et on reste collés un bon moment.
Finalement l’orage passe et je peux enfourcher ma moto pour rebrousser chemin jusqu’au lac Toreadora. Le soleil m’accompagne à nouveau pour cette belle ballade. Belle, mais boueuse. J’y rencontre un gars très intéressé par mon voyage qui, en voyant ma moto, me demande tous les détails. Je lui laisse l’adresse de mon blog alors peut être qu’il lira ça !
Photos : Réserve El Cajas
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En casa de Pepo, como estoy por aquí, me recomiendan ir a admirar la vista que hay desde el paso de la tres cruces y de dar la vuelta a la laguna Toreadora. Es a unos treinta kilómetros en el parque del Cajas. Me recomiendan tambien llevar mis botas como puede ser lodoso. Ni siquiera a la mitad del camino llega la lluvia y mi ropa impermeable se revela bien útil otra vez. Empiezo, a pesar mío, a acostumbrarme a que me caigan tormentas encima.En algunas curvas me encuentro con grupos de llamas que pacen algunas matas entre las rocas. Una señal que me estoy acercando poco a poco de Peru…
Llego arriba y encuentro las tres cruces a mitad enterradas bajo piedras. Estaba esperando algo más grande y casi me les pasé. Debo admitir que estoy un poco decepcionado de las cruces, pero no de la vista ! Es asombroso. La lluvia deja el espacio a algunos rayos de sol y puedo apreciar la belleza de esas montañas entre los cuales las nubes se reflejan en las lagunas esparcidas.
Ese paso tiene una particularidad interesante : El agua que cae en la falda oeste llega en un río que desemboca en el océano Pacífico mientras el agua que llega en la falda este se va por un viaje mucho más largo a través de toda la amazonia y termina su camino en el Atlántico. Así que pocas cosas te pueden llevar de un lado o otro del planeta !Tomo unas fotos pero también trato de guardar eso grabado en mi memoria.
Bajo hasta el pequeño parqueadero donde he dejado la moto justo en tiempo para lanzarme contra el letrero de información y su chiquito techo de madera cuando está llegando la hermana grande de la tormenta que encontré más temprano en el camino. Llega tan rápido que justo tengo tiempo de darme la vuelta para ver las montañas desaparecer en esa masa de neblina. Llega una lluvia muy fuerte acompañada de granizo. Yo, de mi lado estoy conociendo a mi nueva amiga la pancarta de información turística. Las cosas fluyen directamente y nos quedamos pegados un buen ratito.Finalmente la tormenta se termina y puedo saltar en mi moto y dar media vuelta hasta la laguna Toreadora. El sol me acompaña nuevamente por esa linda caminata. Linda, pero lodosa. Encuentro ahí un chico muy interesado en mi viaje y viendo mi moto, me pregunta todo los detalles. Lo dejo la dirección de mi blog entonces quizás esta leyendo esto.
Fotos : Reserva El Cajas